Los 4 conversadores disonantes
Cada uno de nosotros, tiene una determinada forma de conversar que nos diferencia de “otros conversadores”. Nuestro particular estilo de “conversador” es una proyección del original ser humano que somos y en concreto, del mundo emocional que albergamos. Si bien, todos necesitamos tener competencia en conversar, si somos líderes, esta es una “necesidad vital” pues es mediante las conversaciones que “escuchamos”, “empatizamos”, “inspiramos” o “desarrollamos” a nuestros colaboradores o hacemos todo lo contrario.
Los conversadores disonantes son aquellos que por medio de determinados comportamientos consiguen generar emociones negativas (miedo, resentimiento, inseguridad…) en su interlocutor, lo contrario sería conversador resonante porque genera en su interlocutor emociones positivas (compromiso, ilusión, satisfacción…).
En este artículo, quiero mostrar cuatro perfiles distintos de líderes-conversadores que los he bautizado como conversadores disonantes; por “disonante” entendiendo que es por medio de determinados comportamientos que consigue “generar determinadas emociones negativas en su interlocutor”; un ejemplo de estas emociones o sentimientos disonantes serían: miedo, resentimiento, inseguridad, resignación, inquietud, tensión, impotencia, incomprensión, confusión etc… Lo contrario de “disonante” sería “resonante”, o sea, que por medio de los comportamientos de los cuales hace gala mientras conversa, genera en su interlocutor emociones positivas tales como compromiso, ilusión, satisfacción, orgullo, seguridad, interés, confianza, ambición, etc…
Si bien, hay tantos estilos de conversadores como de personas, me he permitido la licencia de agruparlos en cuatro grupos: “Directos”, “Distantes”, “Dóciles” y “Dispersos”.
De cada uno de ellos, paso a mostraros sus fortalezas y sus 5 consejos para ser más efectivos conversando.
DIRECTO
Es un conversador con alta energía y muy orientado a los resultados. Su forma de hablar posee determinación, es rápida y focalizada en su objetivo. Su tono y comunicación no verbal le confieren autoridad y respeto. En determinadas ocasiones puede ser excesivamente “unidireccional” y más que conversar puede “predicar” (monólogo) o “interrogar” (preguntas directas y “en frío” que puedan incomodar). También puede ser altamente “retador” y generar una desagradable presión a su interlocutor.
Fortaleza: Posee coraje para poner “encima de la mesa” cualquier tema pues no teme el conflicto. No se dispersa ni divaga y es resolutivo pues se enfoca en soluciones (aunque a veces debido a su precipitación no soluciona el problema “nuclear” pues no llega a identificarlo).
5 Consejos para conversar mejor:
- Invertir tiempo en “crear un clima” y en generar confianza.
- Preguntar más para entender mejor y no presuponer.
- Empatizar con su interlocutor, le ayudará a contemplar otras posibilidades.
- Frenar su ímpetu resolutivo hasta asegurarse el objetivo a conseguir.
- Adaptarse al perfil de su interlocutor (para influir mejor), no todos necesitan “lo mismo”.
DISTANTE
Su «distancia emocional» le da un aire de cierta frialdad pues no “entra” en el terreno “emocional” ni en lo “personal”. Se siente cómodo con temas técnicos y por ello su interés deriva hacia procesos o tareas. Su discurso posee estructura, o sea orden e hilo conductor y bien fundamentado con datos y cifras. Este perfil tiene tendencia a preguntar acerca del “por qué” de las cosas. Hace muchas preguntas para comprender ,es amante de los datos, las cifras y los documentos Excel.
Fortaleza: su “distancia” le impide involucrarse emocionalmente y esto, unido a su rigor con los datos puede hacerle llegar a conclusiones bastante “objetivas” (sobre todo en temas vinculados a tareas, procesos, resolver problemas técnicos, tomar decisiones razonadas, etc…). Su “ojo crítico” y su cautela nos previene de errores o amenazas futuras.
5 Consejos para conversar mejor:
- Aprender sobre emociones. Ir a cursos, leer literatura al respecto, hacerse un plan de mejora o contratar un coach.
- Dedicar tiempo a generar “un clima” adecuado para conversar. Se trata de “preparar” un poco el terreno para no entrar “en frío”.
- Buscar canales que refuercen los lazos de confianza con su equipo pues sino será difícil que se sinceren o se “abran”. En momentos informales sería adecuado abordar temas personales explicando aficiones o preguntando a nuestro interlocutor aspectos de índole personal sin incomodarle.
- Declarar abiertamente su dificultad o torpeza en el terreno emocional y su compromiso por mejorarlo. Esto contribuirá a “acercarse” a su interlocutor y a “distender” la situación y quizá obtenga mejores resultados.
- Reforzar comportamientos positivos de su colaborador haciéndolo de forma que sea evidente para la otra parte (cambia tu tono, sonríe, etc…).
DÓCIL
Es un conversador afable y a veces algo “pasivo” (está cómodo en un segundo plano). Esto implica que en ocasiones pierda la iniciativa en la conversación y su interlocutor dirija la conversación o la polarice. Sus buenas formas y cercanía le permiten transmitir un “clima cálido” para conversar y esto es algo poderoso si sabe cómo aprovecharlo. Su proceso reflexivo es lento y puede sentirse sobrepasado si su interlocutor le pide respuestas rápidas, que tome decisiones o es excesivamente “locuaz”.
Fortaleza: tiene gran capacidad de escucha y de empatía, aspecto que facilita que sea un buen “confesor”. Su carácter noble le permite generar confianza y que sus colaboradores se expresen con libertad.
5 Consejos para conversar mejor:
- Conseguir un mayor coraje para expresar sus necesidades evitando “vivir” en la expectativa.
- Evitar querer complacer a “todos” y “siempre”, primero porque es imposible y segundo porque probablemente saldrá perjudicado él mismo a diferentes niveles.
- Dominar las conversaciones llevando más la iniciativa y mostrando mayor determinación en su discurso.
- Preparar con rigor sus conversaciones e identificar qué puntos pueden ser problemáticos y buscar cómo afrontarlos.
- Identificar que creencias tiene acerca del conflicto y cómo puede reformular estas para transformarlo en oportunidad. Busca formarte al respecto y empieza a asumir conversaciones difíciles en las que proactivamente abordes temas “espinosos” con personas que te sean más fáciles (después ya vendrá el afrontar estas mismas situaciones pero con personas más difíciles, primero hay que curtirse).
DISPERSO
Es un conversador con una emocionalidad oscilante (con altibajos) y transparente (muy fácil de identificar cómo se siente en cada instante). Sabe crear un contexto adecuado para conversar, su habla es fluida y posee una comunicación no verbal notoria que la usa para “adornar” e “influir” en su discurso. Es intuitivo y hábil para identificar cómo puede sentirse su interlocutor e incluso empatizar con él.
Fortaleza: sabe utilizar un lenguaje emocional con el que consigue motivar, inspirar o seducir a sus interlocutores. Puede tener cierto “don de gentes”.
5 Consejos para conversar mejor:
- Preparar con antelación los objetivos que quiere conseguir conversando.
- Cerrar un tema y abrir otro (evitando “mezclar”) y chequear los acuerdos finales.
- Fundamentar con mayor rigor (datos, hechos, etc…) sus opiniones.
- Evitar dejarse llevar por sus emociones y no tomar ninguna decisión si no está tranquilo. Ante el primer síntoma de nerviosismo “respira profundamente” o bebe agua o cede el protagonismo a tu interlocutor haciéndole alguna pregunta; si todo esto no funciona, solicita un “tiempo muerto” y ves al baño o donde sea que puedas tranquilizarte.
- Aprender a gestionar el silencio sin interrumpir y no “robar” el “protagonismo” cuando el interlocutor está contando algo interesante para él.
Espero que el artículo pueda haberte ayudado a identificar tu particular estilo o el de alguno de tus colaboradores y que pases o paséis ambos a la acción trabajando un plan de desarrollo. ¡Buena suerte!